domingo, 30 de junio de 2013

Reflejos que involucran a nervios craneales

Reflejo fotomotor y consensual

El reflejo fotomotor es la constricción pupilar (miosis) ante un estímulo luminoso. La miosis de
la pupila contralateral, aunque ella no haya recibido el estímulo luminoso, se denomina reflejo
consensual.
Los impulsos aferentes viajan por el nervio óptico, quiasma óptico y tracto óptico. En vez de
continuar hasta el cuerpo geniculado lateral, un pequeño número de fibras sinapta con las
neuronas del núcleo pretectal, cercano al colículo superior. Los axones de estas neuronas se
comunican con el núcleo parasimpático accesorio del III par (Edinger-Westphal) de ambos
lados. Las fibras preganglionares viajan hasta el ganglio ciliar, desde donde emergen las fibras
postganglionares que conforman los nervios ciliares cortos y que inervan al músculo constrictor
de la pupila en el iris, mediando la miosis de ambas pupilas. El reflejo consensual es posible ya
que el núcleo pretectal envía fibras ipsi y contralaterales a los dos núcleos parasimpáticos
accesorios. Las fibras que cruzan la línea media lo hacen muy cerca del acueducto cerebral, por
tanto, están indemnes a dañarse ante una dilatación de este conducto como ocurre, por ejemplo,
ante una hidrocefalia por obstrucción de los agujeros del IV ventrículo.

Reflejo de acomodación

Al dirigir la visión desde un punto lejano a un objeto cercano, la contracción de los rectos
mediales hace converger los ejes oculares, se contraen los músculos ciliares y el cristalino se
engruesa para aumentar su poder refractario, y la pupila se contrae para concentrar las ondas luminosas en la porción más gruesa del cristalino. Los impulsos aferentes viajan por la vía visual
hasta la corteza visual, la cual se conecta con el campo visual de la corteza frontal. Desde aquí
emergen fibras corticales que descienden por la cápsula interna hasta los núcleos del III par en el
mesencéfalo (las conexiones para el núcleo de Edinger-Westphal son bilaterales). Los axones
que emergen del núcleo oculomotor inervan al músculo recto medial. Desde el núcleo de
Edinger-Westphal emergen fibras preganglionares que sinaptan en el ganglio ciliar, desde donde
emergen las fibras postganglionares que conforman los nervios ciliares cortos que inervan al
músculo constrictor de la pupila en el iris (mediando la miosis) y al pequeño músculo de los
cuerpos ciliares (mediando la acomodación del cristalino).

Reflejo corneal

Al tocar la córnea con un algodón, se evoca el cierre de los párpados. Los impulsos aferentes
provenientes de la córnea viajan por la rama oftálmica del trigémino hasta el núcleo sensitivo
del trigémino. Numerosas interneuronas comunican este núcleo con el núcleo motor del facial de
ambos lados. El VII par proporciona la inervación al músculo orbicular del ojo que evoca el
cierre de los párpados. El cierre del párpado en el mismo lado de la estimulación se conoce
como reflejo corneal directo, mientras que el cierre contralateral se conoce como reflejo corneal
consensual.

Reflejo cutáneo-pupilar

Al producir un estímulo doloroso en la piel (un pinchazo, por ejemplo), se observa una
midriasis. Es posible que las fibras aferentes sinapten con las neuronas simpáticas
preganglionares del asta lateral de la médula espinal en los segmentos T1 y T2. Las ramas
comunicantes blancas de estos segmentos pasan al tronco simpático y ascienden hasta el ganglio
simpático cervical superior. Aquí nacen las fibras postganglionares que forman parte del plexo
carotídeo interno y de los nervios ciliares largos que evocan la midriasis.

Reflejo madibular

Es un reflejo monosináptico al igual que el patelar. Al golpear el mentón con un martillo de
reflejos con la boca semiabierta, se estimulan las fibras aferentes que se originan en neuronas
cuyo soma está en el núcleo mesencefálico del V par. Estas neuronas envían información al
núcleo motor del trigémino, cuyos axones estimulan la contracción de los músculos de la
masticación (temporal, masetero y pterigoideo interno).

Reflejo estapedial

Este reflejo es la respuesta a los sonidos fuertes. La rama sensitiva la constituye el nervio
coclear. Interneuronas del complejo olivar superior se proyectan bilateralmente a ambos núcleos
motores del facial. Aquí se origina la rama motora del arco reflejo que estimula la contracción
del músculo del estribo, lo que detiene las oscilaciones de los huesecillos del oído y disminuye
la intensidad del sonido.

Reflejo de salivación

Una vez estimulados los receptores gustativos de los 2/3 anteriores de la lengua, los impulsos se
conducen por el VII par hasta el núcleo del tracto solitario. Este núcleo envía sus axones a las
neuronas parasimpáticas de los núcleos salival superior e inferior. Las fibras preganglionares de
éstos forman parte del VII y IX par y se dirigen hacia los ganglios esfenopalatino,
submandibular y ótico. Las fibras postganglionares proporcionan la inervación a las glándulas
salivales y estimulan la salivación.

Reflejo del seno carotídeo

Ante un aumento de la presión arterial, los barorreceptores de la pared del seno carotídeo
responden transmitiendo más impulsos nerviosos a través de las fibras aferentes viscerales del
IX par hacia el núcleo del tracto solitario. Axones de este núcleo terminan sinaptando en el
núcleo motor dorsal del vago (parasimpático) y en el centro vasomotor de la formación reticular
del bulbo raquídeo. La porción motora de este arco reflejo la constituyen las fibras aferentes del
vago que disminuyen la frecuencia cardíaca. Por otra parte, el centro vasomotor baja la presión
arterial al producir una vasodilatación arterial mediante fibras autonómicas que descienden hacia
las neuronas simpáticas de la médula espinal. Personas cuyo seno carotídeo es hipersensible
presentan el denominado "síncope por hipersensibilidad del seno carotídeo" cuando presionan
suavemente el seno al ajustar una corbata o un collar, por ejemplo.

Reflejo del cuerpo carotídeo

La activación de los quimiorreceptores del cuerpo carotídeo ante cambios en las concentraciones
sanguíneas de CO2
 y O2 se traduce en un aumento de la frecuencia de impulsos nerviosos que
son conducidos por el IX par hacia el núcleo del tracto solitario. Numerosas interneuronas
comunican este núcleo con el centro respiratorio de la formación reticular del tronco encefálico,
desde donde emergen las fibras reticuloespinales que terminan sinaptando con las motoneuronas
inferiores de los nervios frénico e intercostales para modificar los movimientos respiratorios.
Por otra parte, la insuflación pulmonar durante la inspiración activa los receptores de
estiramiento ubicados en las paredes bronquiales y aumentan la frecuencia de impulsos
nerviosos por el nervio vago hacia el núcleo del tracto solitario. Este núcleo envía mensajes
inhibitorios al centro respiratorio para poner fin a la fase inspiratoria de la respiración.

Reflejo tusígeno

La irritación de la laringe, tráquea o bronquios desencadena el reflejo, conduciéndose los
impulsos por el nervio vago hacia el núcleo del tracto solitario. Numerosas interneuronas
conectan este núcleo con el centro respiratorio y el núcleo ambiguo. El centro respiratorio se
encarga de activar la espiración forzada, mientras el núcleo ambiguo estimula la musculatura
laríngea y faríngea.

Reflejo faríngeo o nauseoso

Al estimular la faringe, esta se contrae y eleva. El IX par es quien lleva las aferencias hacia el
núcleo del tracto solitario, que se comunica por medio de interneuronas con el núcleo ambiguo.
En este núcleo se estimulan las motoneuronas que forman parte del IX y X par y que inervan los
músculos voluntarios del paladar y faringe.

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